La vida no es una historia apta para impacientes. Hay algo muy curioso que sucede con el bambú y que lo hace muy especial. Estos días, revisando el material para un curso de formación, me encontré de nuevo con esta historia que había olvidado. Es una historia no apta para impacientes. En su proceso de crecimiento, siembras la semilla del bambú, la abonas y te ocupas de regarla constantemente. Durante los primeros meses, no sucede nada apreciable. En realidad, no sucederá nada durante los primeros “siete años”. Durante el séptimo año y en un período de tan sólo seis semanas la planta de bambú será capaz de crecer más de 30 metros.
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